jueves, mayo 30

Novedad en Nuestra Editorial: Un bardo con jardinera




Título: Un bardo con jardinera.
Autor: Mario Francisco Castillo
Editorial: Editora Digital – www.editoradigital.com
Género: antología poética- 1993-2012
Páginas: 103
Portada: del Autor
Fecha de publicación: 29/05/13

Introducción

Ya anteriormente como lo hice con mi anterior entrega, le dedique el tiempo a la mujer que tanto anhele en mi vida, pero esta vez, este recetario habla de algunos escritos, tanto como lo que escribí en mis cuadernos viejos, como en mi FACEBOOK, o como también alguno de mis poemas que no pude meter dentro de mi primer libro de poesía titulado “Poemas Para un Hada en la Niebla”, por razón de que esas poesías fueron posterior a aquel estado emocional que yo tenía en ese entonces. Lo bueno de todo esto es que estas palabras no murieron en el anonimato y esta vez desenterré aquel cofre que para mí, me llena de nostalgia y de recuerdos.

Esta vez hablare en plural, porque todos estos poemas no solo está dedicado a una persona tal, sino que están dedicados a varias personalidades que conocí, sentí y he de vivir con ellos a través de los tiempos, como también a algunos acontecimientos que marcaron mi retina en algún momento. Algunos he de sentirme bien con ellos, como también pude sufrir más de una decepción con ellos mismos, generando amor, odio, intriga, mentiras, verdades, destapes, apego, egoísmo, atracción, repudio, discriminación y tal vez alguna sanación.

No quisiera generar polémica ni mucho menos atribuciones. Aquí hablare de ámbito romántico, social, personal y también de ámbito global.  Alguna vez me imagine cosas, como también soñé cosas que quisieron que fueran reales, como también cosas que no me gustaría que me pasara en el presente ni tampoco en el futuro. Desde el año 1993 que madure un poquito poéticamente, aunque en esos años no me sentía preparado para escribir como lo hago ahora, sino que era un adolecente, incomprendido, extraño y absurdo del punto de vista de mis ex compañeros del Liceo Politécnico “Diego Portales” en Tocopilla. Nunca fui popular en la media o como en otros países la llaman la preparatoria, ni mucho menos como se dice a modo chileno “el más choro y el que le pegaba a todos”. Normalmente en Tocopilla en ese tiempo si no eras atractivo, tenías que ser el más choro de todo el liceo, y por ende, no era ni de los dos bandos.  Cuando tuve a mi primera novia, no tuve una relación muy tranquila, ya que muchos pensaban que ella no era para mí; Ella se asemejaba a una adolecente de Hollywood, rubia, de ojos azules intenso, blanca como la leche y era un poquito más alta que yo, a pesar que ella, era tres años menor que yo. Y yo era todo lo contrario a ella, siendo la contienda amorosa desigual. Las burlas de sus amigas y los malos dichos hacia mi persona, que por cierto eran falsas, terminaron dos meses de una bonita relación.

Nunca termine de buenas maneras con las posteriores musas y si les hablo hoy, es porque ellas ya han madurado y se han dado cuenta de sus errores y de sus logros a través de los años. Las hizo meditar y a la vez aprendieron por si sola a valerse como personas como tal. Todas ellas ya son madres y señoras a la vez, pero yo hoy, aunque el tiempo ha desgastado parte de mis facciones y mi silueta, todavía no soy un señor ni tampoco un caballero. Todavía sigo siendo un niño o un adolecente, ya que mis preocupaciones por casarme y tener familia me parece alejada de mis manos, porque todavía no he podido conocer a la mujer que me facilite ese trabajo.

“Un Bardo Con Jardinera” son recetarios de poemas con inmadurez, hasta el desarrollo maduro de la forma de expresarme de mi, de la deformidad de frases y palabras, hasta terminar en poemas más aclaradores y con forma como las que hago hoy en día, que refleja algunos momentos de alegría y a veces de tristeza. Todo está plasmado aquí en estos escritos de victorias, derrotas, frustraciones, apremios, logros, impotencia, tranquilidad de dulzura y de amargura a la vez con gusto a desagüe.

Ahora ¿Por qué se me ocurrió lo del bardo de la jardinera? Debo confesar que mucha gente me queda mirando por usar aquel atuendo. A muchos les parece extraño, para otro divertido como también incoherente, pero todo tiene su explicación. Esta prenda al principio, más o menos en el siglo XVIII, salió por primera vez a la luz, que no se usaba como moda en aquellos tiempos, sino que era un atuendo de trabajo, que servía para trabajar más cómodo en fábricas, en maizales y granjas, en minas de carbón o de oro, en transporte ferroviario (de hecho los primeros conductores de locomotora la usaban frecuentemente y además, la impusieron oficialmente como su prenda de trabajo oficial), los maquinista de barcos y de fábricas textiles. Ósea es una prenda de trabajo que uno no debería avergonzarse por usarla, sino de sentirse orgullosos de usarla, significando “largos años de sacrificio, de sudor y lágrimas”. Fue la prenda usada por muchos años por la clase obrera baja, hasta a mediado de los cincuentas que se usó como moda pasajera, pasando por aquellos músicos hippies que se sentían campesinos tocando música FOLK en las décadas de los 60’s y 70’s, hasta que en la década de los 80 ́s la usaban artistas del Rock, del Hip-hop, del New Wave, del Punk, del Metal hasta los músicos de los renacientes movimientos del Trash y el Black Metal en aquellos tiempos.

Una prenda que no solamente hay que usarlo cuando es niño o cuando las mujeres queden embarazadas, sino es una prenda histórica, que a mi punto de vista, me hace sentir bien conmigo mismo y no me da vergüenza usarla. Mis padres me criticaban demasiado por usar jardinera, pero después se fueron acostumbrando. Cuando me fui a Iquique a vivir no me lleve mi prenda favorita, ya que no me alcanzo espacio en mis maletas para poder abultarlo en algún espacio libre. Quizás cuando me separe de mi jardinera favorita no pase muy buenos años, ya que caí en errores garrafales, caí en lo bajo, sumido en excesos de todo tipo, pero cuando la fui a buscar de nuevo a Tocopilla, me acerque al pasado y volví a ser yo mismo, pero esta vez ya no era el debilucho de antes, sino que me hice más fuerte y pude salir adelante por mí mismo. Fue cuando empecé a saber de a poco quien era yo y de que podía yo ser capaz de hacer por mí mismo. Fue cuando empecé a darle forma a la literatura y a las artes, aparte de darle importancia al Surf y al Bodyboards que también fueron complementos para moldear mi personalidad. Ya no soy un niño insignificante y ya no soy el mismo patito feo que se rebajaba por cualquier dardo que me tiraran los demás, sino que ahora estoy transformado en un hombre de carne y hueso, que se siente normal, a pesar que digan lo contrario de mí. Sera porque camino con mis propios zapatos y no tengo necesidad de caminar con los zapatos de los demás.


El Autor.


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